VATICANO / “La eutanasia es un crimen contra la vida humana, una grave violación de la Ley de Dios”

ADS. En la Oficina de Prensa de la Santa Sede en el Vaticano tuvo lugar el 22 de septiembre una conferencia de presentación de la ‘Carta Samaritanus Bonus sobre el cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida’, cuya publicación fue aprobada y ordenada por el Papa Francisco.

El documento profundiza, en particular, en los temas del acompañamiento y la atención a los enfermos desde el punto de vista teológico, antropológico y médico-hospitalario, centrándose también en algunas cuestiones éticas relevantes, relacionadas con la proporcionalidad de las terapias y con la objeción de conciencia, y el acompañamiento pastoral de los enfermos terminales.

A la luz de estas consideraciones, tras varias fases preliminares de estudio en las que varios expertos ofrecieron su cualificada contribución redaccional, se elaboró un primer borrador del Documento.

La Carta recomienda el acompañamiento familiar, médico sanitario y espiritual a las personas al final de su vida, recuerda el deber moral de evitar el ensañamiento terapéutico y analiza la objeción de conciencia por parte de los agentes sanitarios y de las instituciones sanitarias católicas.

La Iglesia considera que debe reafirmar como enseñanza definitiva que “la eutanasia es un crimen contra la vida humana porque, con tal acto, el hombre elige causar directamente la muerte de un ser humano inocente. La eutanasia, por lo tanto, es un acto intrínsecamente malo, en toda ocasión y circunstancia”. En el pasado la Iglesia ya ha afirmado de manera definitiva “que la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana”.

“Toda cooperación formal o material inmediata a tal acto es un pecado grave contra la vida humana: ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo ni permitirlo. Se trata, en efecto, de una violación de la ley divina, de una ofensa a la dignidad de la persona humana, de un crimen contra la vida, de un atentado contra la humanidad. Por lo tanto, la eutanasia es un acto homicida que ningún fin puede legitimar y que no tolera ninguna forma de complicidad o colaboración, activa o pasiva“.

La Carta afirma que “aquellos que aprueban leyes sobre la eutanasia y el suicidio asistido se hacen, por lo tanto, cómplices del grave pecado que otros llevarán a cabo. Ellos son también culpables de escándalo porque tales leyes contribuyen a deformar la conciencia, también la de los fieles”.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver Política de cookies
Privacidad